De toros, virgenes y lunas

El toro, la niña y el puro amor a la luna (el arte)

¿Algún día me dejaras?

Inspirando mis pensamientos por aquel hombre fuerte, que existió sin creencias ególatras; mucho antes de todo eso, cuando aún no confundían la locura del filosofo y la enmarañaban de impureza.
El precursor de estas mis aventuras míticas me da nuevas palabras para pedirle, o hasta talvez exigirle, como lo haría un esclavo a su amo. Y con tonos de sátira comienzo mi rezo:
Vaya pues, le ruego, a su encuentro con algo más; que no sea yo su acompañante, y suelte esa amarra que lleva en su mano y así permita que este toro somnoliento regrese a su río y con rumbo al este se bañe con su luna.
Al soltarme no me mire pues en mi no queda de usted mas que lo que ya me ha dado; esa comida rancia por el tiempo que a su paladar será solo eso... mas para mi animal acostumbrado, en momentos enfermizos me sabe a la misma ambrosía.
Ha visto usted tras largas caminatas sobre mis pastos blancos que la fusión de Virgo y Tauro no fue de buen ver para papá Dios, mas su osadía, bella Virgen, le prohíbe creer en las palabras de éste, pues tiene aún sus pétalos en alas de feliz adolescencia y la imprudencia de los suyos (adolescentes) es y será la más vistosa entre el género humano.
Le recomendaría, entre otras cosas, no se dirija al este; pues el cause de mi río desea desembocar por aquellos rumbos, y no sea que la encuentre a la orilla y mi amor de Luna trate de matarla por odio a las pesadas cadenas que por usted de mi cuello cuelgan.
Busque una vida mítica, que es donde gusta papá de fundir en pensamientos y piel:
Le sugiero ser Esfinge, fusión de los polos Virgo y Leo, este ultimo disfruta su caminata con pequeños cogines, uno debajo de cada garra (donde encontrará la fuerza y el poder que tanto desea), sin embargo quiero advertirle que de esta unión poco se comprende, y su enorme estabilidad se doblega cada que algún “sencillo” trata de comprender sus enigmas.
Mas, si se ha asqueado de la fusión de estaciones, hay otras muchas opciones. Una que se me ocurre y que, aunque tras años de leyendas ha sido enlodada, estoy seguro será para usted algo sencillo de lograr, es la de las bellas sirenas. Ellas aceptarán darle alas y palabras endulzadas de misterio...volaría de un lado a otro y su camino (como ahora) no tendría destino.
Por favor, le agradecería que soltara un poco la soga, que mis yagas se profundizan mas de lo que están, le prometo no volver a perturbar sus desvelos de este modo, de aquí y hasta que me considere deshecho, hasta ese momento se lo recordaré...
Mire como la Luna del otro lado de sus ojos me llama... me conformare por hoy con el reflejo que me proyectan sus pupilas.
Luna espero verte más de cerca.

En noches de insomnio mi mente te recrea, te siento y mis ojos desean cada uno de tus pasos, donde el oscuro y misterioso “¿qué será de ti y de mi?” nos invita a bailar... lentos.

Con cadenas amarras mis pensamientos y disuelto en café y licor busco que en sueños regreses, me desates y permitas una vez mas jugar a adivinar tu destino.

Y querer enardecido, creyendo saber, mas adivinando la luz... aquella que me calienta y ardiendo poco a poco te tengo.

En noches tan comunes ante la mirada de seres de día, tu y yo, uno ante ellos, mimando a la luna, mandándole besos, descubrimos la embriaguez que causan sus gotas... los fantasmas que con el miedo nos lloran para que les demos lo que no pueden tener.

En noches sin vida te espero....